Jun 12, 2006

Presentación: Un Lugar Para Vivir


Este miércoles se presenta en sociedad el tercer volumen de la Colección Nuevos Narradores, recopilación de cuentos de los que participamos en el Taller de Escritura Creativa que dirige Clara Obligado.

La presentación se llevará a cabo en la Casa de Galicia, (c/Casado del Alisal, detrás del Museo del Prado, en Madrid) éste Miércoles 14 a las 20:00 hrs.

En el libro se incluye Bastardo, cuento de mi autoría, y del que ya he publicado un primer extracto. Ahora, otra pequeña muestra.

(...)Rosie lo negó hasta la afonía. Cuando ya no servía ni llorar, aferrada al pobre chinito que ni vela en el entierro tenía, vio como su marido salía recargado de ira, con intención de lavar su honra y partirle la jeta a Hi Yan Chin, quien no era chino, sino vietnamí, pero desafortunafadamente tenía los ojos bien rasgados y era el cocinero del Hanoi Habana, un restaurante de comida de fusión, de esos que afloraron en la ciudad al terminar la guerra. El garito estaba justo frente a la sastrería de Rosie Ramirez.

Los camareros del Hanoi Habana -cubanos en su mayoría- controlaron rápidamente a Samuel, quien aún pudo quebrar un florero y un bambú en el cráneo de Hi Yan Chin, que si bien era cliente de la sastrería de Rosie, negó sobre el honor de su familia (dudoso aval, ya que todos habían muerto décadas atrás a manos de marines americanos), haber tenido jamás intenciones lascivas con Rosie Ramirez, ni hablar ya de contacto físico alguno.

Luego de mucho ir y venir entre el Hospital San Horatius y el Hanoi Havana, Samuel Stevenson optó por el divorcio, ante la humillación de su madre y su respetable familia. Rosie le pidió de rodillas, chinito en brazos, que no la dejase, mientras le mostraba un historial de casos en los que parejas procreaban críos de razas distintas a la de los padres.

Al enterarse de las dimensiones que el drama había adquirido, Hi Yan Chin se apersonó en casa de los Stevenson-Ramirez acompañado por su señora, además del séquito de cubanos del restaurante, en caso de que Samuel tuviera otro arranque de violencia. Disculpó su intromisión y ofreció a la pareja someterse a pruebas genéticas para comprobar su inocencia, salvar ambos matrimonios, y de paso descubrir la causa de su prematura alopecia. Rosie agradeció triste el detalle, mientras veía a Samuel empacar la última caja de su colección de cucharitas de plata.(...)

7 comments:

Ángel said...

Si como yo eres de los que prefieren, los encantos que brindan las mujeres que pasan de los treinta.

Entre las casadas busca tus amadas
los cuernos le pondrán a tu almohada su sal y su pimienta.

Tienes que conseguir que su marido
valga para cornudo el elegido, tendrá que ser civilizado.

Huye de la mujer del comisario,
que vas a hacer desnudo en el armario, un tipo que va armado con dos...

Cuernos, cuernos, cuernos, siempre tan modernos. Cuernos, cuernos, cuernos, es la solución. Pon un par de cuernos a tu depresión.

En asuntos tales las clases sociales, compiten pero siempre sobresale la noble clase alta.

Las señoras con rango y posición,
si no adornan la frente del varón notan que algo les falta.

Pero que no te lleve el desenfreno, a hacer de gallo en el corral ajeno, de alguna cenicienta obrera.

Y menos si el marido es un parado
aparte de cornudo apaleado se pone hecho una fiera con los...

(Estribillo)

Pasa con prudencia de las apariencias, si quieres seducir a alguna esposa marchosa y post-moderna.

Tiene mala pata que al tercer cubata, se duerma y tú allí con el rabo entre las piernas.

Nada mejor que un buen ejecutivo,
apóstol de programas intensivos, almidonado como un traje.

Elige de entre todos los maridos,
a ese infeliz que siempre está reunido y siempre de viaje con los...

(Estribillo)

'Cuernos', del disco 'Hotel, Dulce Hotel'. Gentileza de Don Joaquín Sabina.

Roger said...

He actualizado el post con el link a los primeros párrafos de "Bastardo" que se me había escapado.

Efectivamente, Ángel, el cuento va de unos cuernos que parecen pero que no son, y terminan desvelando otra infidelidad que no era evidente y que al final termina siendo fulminante, con uno de esos como el "infeliz que siempre está reunido y siempre de viaje con los..."

Grande Sabina

Anonymous said...

Se puede enviar el libro a Nueva York?

Roger said...

No lo se, lo voy a averiguar.

Anonymous said...

Juan nos puede traer algunos. Ya se los encargué.

Anonymous said...

Está como el caso de aquel marido cuya esposa tuvo un hijo y que decía:
- El niño no abre los ojos, después de varias semanas de nacido.
A lo que su amigo le replicó:
- El que no abre los ojos eres tú. El niño es chino.

A estos efectos "chino" es una raza, no neceariamente una nacionalidad.

Roger said...

Efectivamente, al igual que en el cuento, que está inspirado en otro chiste, el del Chino de las Calderas...