May 12, 2006

Top 10: Síntomas, Y un Fotógrafo Verdadero


  1. 10 GB de memoria le dura a una persona un mes pero a tí te dura apenas 1 tarde
  2. Conoces que significa la prioridad de apertura
  3. Borras más fotos en una semana que las que la mayoría de la gente hace en un año
  4. Siempre necesitas un objetivo más
  5. Has reptado por el suelo buscando una imagen de algo
  6. Tu equipo fotográfico es más caro que tu coche
  7. Nadie más lleva una cámara a un evento si saben que vas a ir
  8. Tu familia no te reconoce sin una cámara cubriendo tu cara
  9. Tienes miles de fotografías y no aparecen en ninguna de ellas
  10. Te has quedado después de anochecer ó en el exterior con un frío importante ó incluso has realizado algo peligroso para conseguir una fotografía
Hace mucho que no publicaba esta lista. Y según ésta, si no fuera por el punto 1 y 8, casi casi califico.

Luego, al ponerme a escarbar en la red, para encontrar una foto que ilustrara la lista, di con ésta. La fotografía pertenecía a uno de los tres profesionales muertos en la planta 15 del Hotel Palestina. Ante esto, el punto 10 de la lista suena como una mala broma, y de ahí que por más cue cumpliera las 9 aanteriores, no me podría considerar, por respeto a los que si lo son, un fotógrafo completo.

Via [JSMoral]

7 comments:

Adriana Degetau said...

qué buen post! Saludos!

Sacri said...

Realmente, los verdaderos profesionales, se juegan la vida para poder informarnos.
Bonita dedicatoria!!

Un saludo

Anonymous said...

Eres un gran fotógrafo y que buena to oda, pero de verdad, no quiero ver nunca tu camara en situaciones como esa. Ojalá y tengas un equipo mas caro que tu coche ¿Cual?

Ángel said...

El mundo de los corresponsales de guerra es tan duro como apasionante, pero sólo para gente que está hecha de una pasta especial.

Si te tienta, están muy bien 'Isla África' o 'El Héroe Inexistente', de Ramón Lobo, el corresponsal venezolano de El País. Suele colaborar con él Gervasio Sánchez, el fotógrafo que trabaja, creo, para El Heraldo de Aragón.

En 'Los Ojos de la Guerra' varios corresponsales retratan la figura de Miguel Gil, el tipo que dejó su trabajo en Barcelona y entró en Sarajevo por la avenida de los francotiradores, sobre su moto, para aprender el oficio de corresponsal de guerra.

Creo que era Pérez-Reverte quien estaba en una azotea de junto a uno de estos francotiradores. De repente entraron en su campo de tiro dos mujeres y le preguntó a cuál de las dos quería salvar. Reverte dijo que no estab ahí para eso. "Es una lástima, podías haber salvado a una de ellas", le contestó.

Creo que su trabajo está muy infravalorado y, con frecuencia, se les reprocha falta de humanidad. El que dice eso no sabe de lo que habla. Para entenderlos hay que leer, más que sus crónicas, sus libros, aunque casi siempre te dejan 'tocado'. Es difícil encontrar gente más humana que algunos de ellos.

Saludos

Roger said...

La primera vez que trabajé en un periódico me advirtieron que la tinta se te mete en las venas y que es muy adictiva, y luego te ves haciendo unas locuras para conseguir la nota que en tus cinco sentidos nunca se te habrían ocurrido. A estos hombres, creo que se les ha pasado un poco la tinta, aunque hay que agradecerles, porque con su trabajo, o su adicción, nos enteramos de estas historias.

Anonymous said...

Creo que quien ama su chamba se vuelve adicto, y hace cosas que en tus cinco no harías. Solo así llegas al otro lado, sintiéndolo de verdad y empujado por la adrenalina. Eso si, cada quien escoge su pasión y cada quien tiene su capacidad de coquetear con el peligro.

Anonymous said...

Casas, pues yo si me identifico con todos los puntos!! Y ahora mas con el primero ya que inverti una cantidad de dinero que si bien no compra un coche si es suficiente para mas de un año de gasolina.