No Voy a Quitarle el Sueño a Nadie

El viernes me voy s San Sebastian. Con el mar tendría suficiente, pero en Donosti además se come mejor que en ningùn otro lugar. Pero además, y sobre todo, es el Festival del Cine. Casi se me olvida que además ahí hacen los mejores Gin&Tonics del mundo.

Y para conmemorar que hace cuatro años estuve por primera vez en el Zinemaldia -atascándome de a cinco películas al dìa, dosis nada recomendable, sobre todo para los musculos del cuello, y menos recomendable si la quinta es La Pianista o StoryTelling- voy a postear la entrevista con Gael Garcia Bernal, que es todo menos una entrevista, sino mas bien un extenso pie para las fotos de Mariana Yazbek, y que se hicieron para la portada del número 1 de la revista Marvin (Alguien sabe si Marvin Sigue existiendo?)

He de recalcar que como nunca me pagaron por esta colaboración (Katz? Ruiz?) me voy a tomar la pequeña libertad de postearla íntegramente en este Blog, lo que por otro lado no creo que le vaya a quitar el sueño a nadie.

Antes de poner "paste" me gustaria contar por que demonios acabé escribiendo el texto de portada para una revista que no conocía, con un editor que no conocìa, y con un actor que ya para entonces todo el mundo concía.

Estamos hablando de Septiembre de 2001. Una semana antes habían caído las torres. Y hacía un par de semanas se había estrenado Y Tu Mamá También en la Mostra de Venecia. Mi hermano y yo nos las arreglamos para llegar el último vaporetto al fiestón que organizó Jorge Vergara (todavía en su etapa pre-chiva) en el Hotel Cipriani, donde estaban Helen Hunt, Amenábar, mucha gente con cara de festival de cine, y un grupo de mexicanos con explícitas ganas de fiesta. Estos eran, por supuesto, Vergara y su séquito, los Hermanos Cuarón, los charolastras - léase Gael Garcìa y Diego Luna - el Chivo Lubezki, el Tiburón, María Aura, y alguno que otro colado, entre los que figuràbamos, como ya decìa mi hermano y yo.

Algún dìa postearé lo que escribì de aquella noche, y que eso si, nadie tuvo a bien publicar.

El asunto es que de haber conocido a Gael en Venecia, dos semanas después me lo topé en la entrada del Kursaal, cuando iba entrando (él, no yo) junto a Fito Páez, al estreno de Vidas Cruzadas. Luego en una de esas tantas fiestas, lleguè a varias conclusiones:

a) a Gael le aburrìan bastante sus colegas argentinos, ademàs de que sus compromisos promocionales habìan terminado;
b) yo era probablemente la ùnica persona que lo conocía y que no lo trataba como a un fenòmeno;
c) a él se le acercaban unas 8 mujeres por minuto;
d) a mi no se me acercaba ninguna;
e) por todo lo anterior, podìamos hacer un buen eqiupo