¡Échenles Agua!
Florencia es una de esas ciudades que están constantemente inundadas de turistas de esos que terminan el día con una torícolis irremediable después de pasarse todo el día admirando sus monumentos, esculturas y pinturas, ubicadas estratégicamente en plazas e iglesias.
Exacto, iglesias. Los templos cristianos están entre las mayores atracciones turísticas de Florencia, como la Catedral de Santa María del Fiore, mejor conocida como el Duomo, y la Basílica de Santa Croce, que si bien es menos espectacular que la primera, alberga en sus cimientos los restos de toda la creme de la creme renacentista.
Para no hacer el cuento más largo, a los turistas se les suele rogar que por respeto a los lugares sacros cuiden que su vestimenta sea apropiada, nada de falditas o pantalones cortos, para no desatar las bajas pasiones. Pues resulta que hay quienes aún con esos letreros que imploran respeto, no pueden contenerse ante la sensualidad de los frescos renacentistas y se entregan a los brazos de su significant other en plena iglesia.
Para esto, las autoridades fiorentinas, han creado un cuerpo de vigilantes dedicados a mantener la lujuria fuera de las iglesias. Dedicadas, mejor dicho, porque el "cuerpo" esta formado por señoritas, y por lo visto de muy buen ver, cuya misión es identificar a los pecadores, expulsarlos del templo y encaminarlos a algún lugar más propio para realizar tan bajas actividades.
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