El Mexican Titanic

Xochimilco es uno de los penosos reductos de un valle que hace siglos estuvo cubierto de agua. Ahora es un lugar donde los turistas van a hacerse la foto y los locales viajan en masa los sábados que no hay predicción de lluvia para ponerse hasta las manitas de cervezas, ron y tacos, en ese orden.

A diferencia de lo que apreciamos en la Vuelta al Mundo en Trajinera, de César Martinez, Xochimilco no es ni de lejos un lugar cómodo, ni elegante. De hecho, uno de los momentos más gloriosos de cualquier tarde chinampera es cuando una mayoría relativa de los varones a bordo decide que es hora de aliviar la vejiga, hostiga al gondolero de turno a orillar la trajinera en cualquier lugar bajo el mantra de ¡Capi, a Mear!.

El tráfico de embarcaciones es igual de caótico que en cualquier vía mexicana, solo que aqui se corre el riesgo del naufragio, y desde hace unos años, de que el naufragio sea documentado y subido a Youtube.